17 de julio de 2009

Silencio

La imagen de una persona abandonada en una isla desierta nos lleva a pensar en varias situaciones, el conseguir alimento, un refugio para guarecernos, algo que os sirva de defensa contra los animales salvajes y claro esta la soledad; ante esta idea la antitesis seria una persona que vive con su familia en una gran ciudad en un lugar con todos los servicios necesarios, pero esto no siempre se cumple.

Todo comienza a mediados del siglo pasado en donde una familia se ve traicionada por gente que aparentemente compartía sus ideales viéndose obligados a escapar de una muerte segura.

Ya estando en tierras lejanas se dispersaron por un tiempo para poder sobrevivir, cualquiera que haya viajado sabe que si algo sale mal tendrá que salir del apuro por sus propios medios, ahora imaginemos esto en una lengua distinta a la materna.

Años después de haber pasado por esta etapa, la familia se reúne de nuevo y claro no todo son miel sobre hojuelas pues las malas experiencias dejan cicatrices que no se borran con los años, es aquí cuando vemos que aun entre hermanos la confianza es algo difícil de otorgar.

“Confianza, es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. La confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones.”

Pero; ¿como se gana que tan difícil reconocimiento?, hay muchas respuestas a esta interrogante y la que mejor se apega a esta historia es: sabiendo guardar silencio mientras otros hablan.

Escuchar a alguien con el “espíritu” destrozado, por los sin sabores ocasionados por una traición, por una perdida o por la desesperación en un problema, es algo que pocos son capaces de hacer, la pregunta es ¿eres capaz de escuchar los problemas de otros?

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