Todo inicia cuando dos individuos de la misma especie seden a sus necesidades primarias y se juntan para crear una nueva vida.
Tras un breve periodo en que la naturaleza procede en su arte milenario, nace un ser casi perfecto, provisto de lo necesario para “sobrevivir” en su entorno, incluyendo una forma para llamar la atención cuando requiera algo que no pueda conseguir por si mismo.
En esta corta edad todo parece marchar bien con el nuevo habitante, pero después de un tiempo las cosas no parecen tan bonitas y se requiere un poco de disciplina para corregir cualquiera de los malos hábitos que pudieran derivar en estas frases “¡ya rompió...!”, “¡ya ensucio...!”,”¡era nuevo y ...!”, “¡Es que no obedece cuando...!”, “¡ya lastimo a...!”; sin embargo no todos son capaces de dar esta educación en tiempo y/o con los métodos pertinentes llegando a resultados indeseables.
Es precisamente en este momento de la vida en donde esta se bifurca y tenemos dos resultados, un ser con méritos, útil a la sociedad que puede llegar a ser capaz incluso de salvar a los que le rodean o bien, ser un marginado que por su aspecto y tal vez comportamiento sera rechazado por muchos antes de darle la oportunidad de mostrar su valía, oportunidad que en la mayoría de los casos nunca llega.
Para estos momentos debes estar pensando en médicos, bomberos u otros tantos profesionales y en los muchachos que se drogan dentro de una alcantarilla o en aquellos que te limpiaron el parabrisas sin importar cuantas veces usaste la palabra “no”.
Sin embargo yo no estoy hablando de humanos, yo hablo de seres mas humildes cuya existencia se ve satisfecha con algo tan simple como una caricia en la cabeza y un premio sabroso de vez en cuando, efectivamente hablo sobre los perros, héroes de mil batallas, ellos son los que a lo largo de toda una vida pueden estar junto a ti, ya sea como el que detecta los narcóticos ilícitos, para que la droga no llegue a tus hijos o como el amigo que no te abandona aun que el mundo te haya dado la espalda.
¿Y tú, que buena acción vas a hacer hoy?
Tras un breve periodo en que la naturaleza procede en su arte milenario, nace un ser casi perfecto, provisto de lo necesario para “sobrevivir” en su entorno, incluyendo una forma para llamar la atención cuando requiera algo que no pueda conseguir por si mismo.
En esta corta edad todo parece marchar bien con el nuevo habitante, pero después de un tiempo las cosas no parecen tan bonitas y se requiere un poco de disciplina para corregir cualquiera de los malos hábitos que pudieran derivar en estas frases “¡ya rompió...!”, “¡ya ensucio...!”,”¡era nuevo y ...!”, “¡Es que no obedece cuando...!”, “¡ya lastimo a...!”; sin embargo no todos son capaces de dar esta educación en tiempo y/o con los métodos pertinentes llegando a resultados indeseables.
Es precisamente en este momento de la vida en donde esta se bifurca y tenemos dos resultados, un ser con méritos, útil a la sociedad que puede llegar a ser capaz incluso de salvar a los que le rodean o bien, ser un marginado que por su aspecto y tal vez comportamiento sera rechazado por muchos antes de darle la oportunidad de mostrar su valía, oportunidad que en la mayoría de los casos nunca llega.
Para estos momentos debes estar pensando en médicos, bomberos u otros tantos profesionales y en los muchachos que se drogan dentro de una alcantarilla o en aquellos que te limpiaron el parabrisas sin importar cuantas veces usaste la palabra “no”.
Sin embargo yo no estoy hablando de humanos, yo hablo de seres mas humildes cuya existencia se ve satisfecha con algo tan simple como una caricia en la cabeza y un premio sabroso de vez en cuando, efectivamente hablo sobre los perros, héroes de mil batallas, ellos son los que a lo largo de toda una vida pueden estar junto a ti, ya sea como el que detecta los narcóticos ilícitos, para que la droga no llegue a tus hijos o como el amigo que no te abandona aun que el mundo te haya dado la espalda.
¿Y tú, que buena acción vas a hacer hoy?
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