6 de abril de 2025

Un día feliz

Esta es una historia que nunca pasó, o tal vez sí.

La noche anterior Andrés preparó todos sus papeles, para la importante cita que tenía al día siguiente, metió los documentos en el fólder: una copia de su acta de nacimiento, su comprobante de domicilio, las copias de su credencial y el pago hecho en línea.

Pasó la noche y casi no pudo dormir por los nervios de las importantes citas que tendría en el día, una por la mañana y otra por la tarde, concilió el sueño hasta las 3 de la mañana (cuando por fin el cansancio lo venció), solo para que una hora y media después el despertador sonara.

Así llego el día que tal vez seria el mas importante de su vida, al despertar, se metió a bañar como parte de su rutina, solo para descubrir ya dentro de la regadera, que el boiler se había apagado, ya no había tiempo de encenderlo y esperar a que se calentara por lo que no quedó más remedio que bañarse con agua fría.

Sin tiempo para pensar en lamentaciones, simplemente continuó con su día, salió de la regadera casi de color azul y se vistió lo más rápido que pudo para entrar en calor, intentando mantener el buen ánimo.

Al salir con la intensión de tomar el camión que lo llevaría con su destino, la llave se atoró en la cerradura atrapándola por alrededor de 15 minutos, lo cual hizo que no llegara a tiempo a la parada, debiendo esperar más de lo planeado a que pasara el transporte.

Ya era más tarde de lo planeado, pero gracias a que despertó con suficiente antelación, aún podía llegar a tiempo de camino pero su ventaja estaba en detrimento, al llegar a la zona de baches, el camión pisó algo que dañó la llanta pinchandola, todos los pasajeros debieron bajar para subir a otros transportes, lo cual añadió otros minutos al retraso.

Por fin logró llegar, estaba apenas con 5 minutos de ventaja y la fila de entrada era considerablemente larga, a la derecha los trámites sin cita, a la izquierda los trámites con cita, al llegar al frente, revisaron sus papeles pero por alguna razón, que a día de hoy no puede comprenderse, le dijeron que no estaba formado en el lugar correcto, él replicó enérgicamente, pues estaba en la fila para los trámites con cita, pero la férrea necedad del… que atendía, fue mayor, haciéndolo formar de nueva cuenta en la otra fila.

Ya no había tiempo, repitió la fila y el próximo en atenderlo, también le llamó la atención enérgicamente, por estar en el lugar equivocado; al intentar replicar que el error no había sido suyo, sino de la otra persona que estaba atendiendo en la recepción, simplemente le contestaron que eso no era posible y que solo estaba retrasando la fila, haciendo perder el tiempo miserablemente a “las otras personas que sí son responsables”. Comentario que llegó a oídos de algunas personas formadas detrás de él, que inmediatamente comenzaron a increpar a Andrés, las agresiones continuaron hasta que una botella vacía de PET le fue arrojada, salpicando su ropa con los restos de refresco que había en ella.

Andrés logró pasar y debía subir por las escaleras los siguientes 4 pisos, era la hora en punto de la cita, pensó que debía apurarse para no perderla; subió corriendo la escalera y un guardia de seguridad lo regañó por correr en las escaleras, los últimos dos pisos los terminó de subir a velocidad normal pese a la ansiedad.

Al llegar a la ventanilla indicada en la cita, no había nadie formado, “al fin un poco de buena fortuna” pensó, pero nada más lejos de la verdad, simplemente no había nadie ahí, la ventanilla estaba desatendida; preguntó a la persona del escritorio de al lado, quien le dijo en tono grosero, que no era personal de informes y si tenía dudas debía ir al módulo de información en la planta baja; otra persona esperando a ser atendida, le comentó que el funcionario que debía atenderlos se encontraba desayunando, y señaló a una persona al fondo que comía plácidamente un tamal, mientras veía algo en su teléfono..

Rigoberto, la persona con quien Andres había hablado, se cansó de esperar a los cuarenta y algo minutos retirándose del lugar, transcurrió una hora antes de que el burócrata de nombre Fabián, regresara a su puesto de trabajo; Andrés ya era el siguiente turno, Fabián llamó a Rigoberto, a lo que Andrés contestó que ya se había marchado por lo que él era el siguiente, Fabian reacciono volteando los ojos en señal de fastidio y dijo con un tono seco y desagradable “espere su turno, aquí estamos muy ocupados”; Andrés ya molesto, espetó “tengo cita y ya llevo una hora esperando”, comentario que recibió por respuesta “No me faltes al respeto o llamaré a seguridad, para que te detengan por irrespetar a la autoridad, ¡ya te dije que estoy muy ocupado!”, al tiempo de que se alejaba dándole la espalda y dejando a Andrés con la palabra en la boca.

Fabián ahora estaba hablando con Paola, la linda secretaria que siempre le había resultado atractiva y con ella se tardo otra media hora, hasta que Paola le puso un alto, diciendo que tenía que entregar las fotocopias que le encargó su jefe.

Fabián regresó a su ventanilla llamando al “siguiente, he dicho, siguiente”, con una voz casi imperceptible por el barullo, a pesar de eso Andrés logró escuchar y acercarse a la ventanilla: “buenos días, vengo a realizar este trámite”, exhibiendo el papel que señalaba la cita, Fabián tomó los papeles de mala gana y comenzó a verlos sin mucho interés, “faltan papeles, si no traes toda la documentación no te puedo atender”, Andrés contestó “pero ahí está todo, con las copias solicitadas en el correo, no falta nada”, “Te digo que te faltan papeles, no esta el comprobante de domicilio en original y falta el pago”, “el comprobante de domicilio está ahí, mire y aquí el pago, está todo”, “Ya te he dicho que no me faltes al respeto o llamaré a seguridad, aquí están solo las copias del recibo de luz y esto que dice que es el pago no tiene el sello del banco”, “Señor, el recibo de la luz no me lo entregan en físico, es solo la factura que se emite en el sitio oficial por lo que está impreso las veces necesarias para que sean original y copia y este texto de aquí que está escrito en el recibo de pago es el sello digital de que se realizó el pago en línea”, “jovencita no me quieras ver la cara de tonto” “Me llamo Andrés”, Fabián masculló, “¡Ash!, estos afeminados, ¿quien los entiende?”, “Señor le repito que ahí está todo lo necesario”, “Le digo que sin el sello del banco no puedo hacer nada, y aparte ni siquiera debería estar perdiendo el tiempo con usted, vea que ya pasó la hora de su cita por casi una hora y por amabilidad yo les doy 10 minutos de tolerancia, no me parece correcto que le quite el tiempo a las otras personas que esperan ser atendidos, ¡SIGUIENTE!” dijo Fabian en voz alta , “OIGA, PERO ¿Y MI TRÁMITE?”; “¡siguiente! ¿sigues aquí?... !SEGURIDAD!, ¡SEGURIDAD!, NECESITO AYUDA AQUI”.

Andrés salió, con el estómago vacío, frustrado y derrotado por la incompetencia del capitán cavernícola como lo denominó de ahí en más cada vez que recordaba la historia.

Se fue a desayunar a una cocina económica cercana pues no traía mucho dinero en efectivo y era final de quincena, pidió unos chilaquiles verdes con pollo, su plato favorito, Rosalba la mesera e hija de la dueña le contestó “lo siento, ya no tenemos chilaquiles, solo nos quedan huevos con arroz y frijoles para desayunar“, “ entonces unos huevos revueltos con tocino, por favor”, “se nos acabó todo, solo queda el huevo únicamente”, Andres suspirando dijo, “tendrá que ser, ya es tarde y tengo hambre”, “se lo traigo enseguida”, Andrés se puso a ver algún video en su teléfono para pasar el rato en lo que estaba su desayuno, un gruñido en el estómago le recordó el hambre y que aun no le habían traído nada, ya había pasado medía hora, “Señorita, ¿tardaran mucho mis huevitos revueltos?”, “No, no, ya se los están preparando, permitame un minuto”, diez minutos después, “ya se los traigo”, “Por favor, tengo mucha hambre”, otros cinco minutos después, ”aquí tiene”, “señorita ¡esto está frío!”, “si gusta, se lo llevó a calentar de nuevo”, “¡no!, ya déjelo así, tengo hambre y se me va a hacer tarde”.

Andrés comió con bastante apetito y no supo decir si realmente tenía buen sabor o solo tenía hambre, al casi terminar sus alimentos en el último bocado de frijoles refritos noto algo que a primera vista pensó, debía ser un frijol sin machacar, hasta que notó que se movía, eso no era un frijol, era una cucaracha alemana en los frijoles; mil pensamientos y maldiciones inundaron su cabeza por tan repugnante suceso; “Señorita, no voy a hacer un escándalo por que ya tengo revuelto el estómago, pero avise por favor a la cocina que deben desechar los frijoles y en definitiva limpiar mejor, ¡vea lo que hay en mi plato!”, “¡hay por dios!” exclamó Rosalba al ver el bicho, “solo... yo me voy de aquí” dijo Andrés; “si, esta bien, serían $160.00 ya con la propina”, contestó Rosalba, Andrés, ya enfadado dijo: “¡todavía que aparece una cucaracha en mi comida y que se tardan mas de medía hora en servir unos huevos fríos!. ¡tienen el descaro de querer cobrar y con propina!”; “Perdón pero se terminó toda la comida y la propina en este local es obligatoria, lo dice claramente el letrero que está en la entrada”; “¡NO! ni de chiste pienso pagar por este insulto”, Rosalba contesto: “permítame y si la dueña está de acuerdo en permitir que se marche sin pagar, lo dejare ir”, Rosalba sacó su celular para marcar por teléfono a alguien, “Podrías venir, tengo un problemilla tipo 3 aquí, si, con el pago” dijo a la otra persona al teléfono para concluir diciendo con una voz tiplosa como de niña malcriada, “¡ven rápido por favor!”, Andrés solo Alcanzó a decir, “si, que no tarde” al mismo tiempo en que Rosalba colgaba la llamada, “no tardará”, mientras intentaba contener una extraña risita.

Pasaron apenas unos minutos y se escuchaban unas sirenas a lo lejos, Andrés no le dio importancia hasta que se percató que la patrulla se detenía a la entrada del lugar.

“Es él, ese es el que se quiere ir sin pagar” dijo Rosalba, señalando a Andrés acusatoriamente, “Que bueno que llega oficial...” Andrés no pudo terminar su frase cuando fue interrumpido abruptamente por el oficial de policía Roberto, “MEJOR GUARDA SILENCIO, ESTÁS METIDO EN MUCHOS PROBLEMAS, EL ROBO ES UN DELITO MUY SERIO”, “¿que dice?, pero si había una…”, “¡QUE TE CALLES LA BOCA!, ESTAS DETENIDO POR ROBO, JÁLALE PARA LA PATRULLA, ¡MUÉVETE!”, Rosalba intervino: “espera amorcito, si este aprovechado nos paga, creo que no habrá la necesidad de poner la denuncia”, “¡uy!, para eso ya es tarde, ya avise por radio que tenía a un sospechoso detenido y me están esperando en la delegación”, Andrés que no era muy versado en leyes, palideció al escuchar las palabras de Roberto.

En un fallido intento de protegerse, Andrés intentó sacar su teléfono para grabar, pero en un movimiento rápido se lo quitó Roberto, “CON QUE TAMBIÉN TENEMOS UN CELULAR ROBADO, ¡JÁLALE!, ¡VÁMONOS!”, nuevamente intervino Rosalba con vos de niña malcriada, “¡AMOR!, ¡por favor!”, Roberto, ahora con una nueva idea contestó a Rosalba: “de acuerdo, veamos qué tantas ganas tiene este delincuente de conservar su libertad” mientras frotaba los dedos índice y pulgar en la cara de Andrés dirigiéndole una mirada de desprecio.

Andrés entendió el ademán y ahora hablando con voz medrosa y sumisa solo pudo decir, “no tengo mucho dinero, es final de quincena y hasta el lunes me van a pagar, porque cae en domingo”, “MUÉSTRAME TU IDENTIFICACIÓN” dijo Roberto para ver cuánto dinero traía consigo Andrés, quien en ese momento solo tenía un billete de $200 en la cartera”, Roberto tomó la identificación de Andrés a la vez que también sacaba el billete, “creo que esto cubre la cuenta con la propina ¿o no, señorita?” “Sí, será suficiente”, “pero aún falta que cubras la multa por traer una identificación falsa, mira, voy a ser buena onda contigo y te llevaré hasta el cajero automático para que no te asalten de camino, jeje, ¡JÁLALE!”, “no es falsa” Andrés se sonrojo y desvió la mirada al suelo, “hoy vine a corregir los datos, mis papeles, están sobre la mesa”, Roberto los tomó sin darle oportunidad alguna a Andrés de resguardarlos “me da igual rarito, ¡MUÉVETE QUE NO TENGO TODO EL DÍA!” Roberto le dio algunos empujones a Andrés y lo subió a la patrulla en donde contrastó los datos de la credencial con los del comprobante de domicilio, Andrés estaba sumamente asustado, Roberto ahora conocía su dirección y lo tenía a su merced, viendo el miedo en sus ojos Roberto le dijo “tranquilo el cajero está a unas cuadras, no es lejos jejeje”, dieron vueltas por las siguiente dos horas solo deteniéndose ocasionalmente para que Roberto se bebiera una cerveza y golpear a Andrés para intimidarlo, finalmente, llegaron al cajero automático después de la hora de cierre del banco, tal como había planeado Roberto.

Andrés, asustado, cansado y adolorido metió la tarjeta del cajero y consultó el saldo, solo había $700 en la cuenta, “aparte de rarito, jodido, ¡rápido, saca todo!… remedo de tlacuache”, el dinero lo tomó directamente Roberto, quien se había quitado la camisola del uniforme en ese momento dijo: “espero que no estés tan pendejo como pareces, así que escúchame y escúchame bien imbécil, ¿ME ESTAS OYENDO CHINGADA MADRE?… ¡CONTESTA CARAJO!, “sí… sí… lo escuchó”, “las cámaras de este jodido lugar no sirven así que mejor no pienses en ninguna pendejada, ¿ME ENTIENDES PEDAZO DE BASURA?, ten tu chingadera de teléfono no vale ni un peso, ¡MUGROSO JODIDO!” gritó Roberto, a la par que le alzaba la mano para abofetearlo, “jejeje, no te asustes estás a salvo, y mientras yo te vigile, nadie te va a asaltar jejeje, esos papeles me los quedo yo, así que no pienses ninguna pendejada, ¿en-ten-dis-te?”, Andrés asintió sin decir palabra alguna, “ahora, ¡lárgate!, ¡no quiero verte más!”.

Andrés corrió por algunos minutos sin rumbo, la adrenalina y el miedo le daban fuerza extra, cuando por fin logró calmarse buscó orientarse, no sabía exactamente dónde andaba hasta que salió a una avenida y logró ver al otro lado una plaza comercial, caminó hasta un puente peatonal que estaba a unos metros, se encontraba en shock, totalmente desconectado de la realidad, de alguna forma logró llegar al otro lado sin caer por las escaleras, poco antes de llegar a la plaza se resbaló con algo que había pisado, el aroma le regresó los pies a la tierra, había pisado un excremento fresco, se río histéricamente por unos minutos para finalmente romper en llanto, finalmente recuperó la compostura y miró el reloj recordando que aún tenía una segunda cita aun más importante que la anterior.

Andrés limpió su zapato, decidido a entrar a la plaza comercial, para calmar sus nervios y buscar lo que él pensaba que debería ser el regalo ideal.

Hoy era el día especial, el gran día en que le declararía su amor a Gissela, esa chica especial con la que había cursado el bachillerato y que durante años había estado con él, era más bien una formalidad, un asunto romántico, pues desde hacía un par de años no había instante en que ella no le sujetara la mano o le llenara la cara de besos cuando salían, sin embargo, Andrés era un romántico empedernido, incluso tenía preparado un poema para cuando por fin se armara de valor y hoy, era ese día, ¡el gran día!.

No tenía idea de cuál sería ese regalo especial que buscaba para ella, pero sin duda encontraría algo en una plaza tan grande, al pasear un rato, concluyó que un anillo sería la opción más obvia por lo platicado en alguna conversación con ella, y ahora eso no estaba a discusión, encontrar ese anillo especial, no sería una tarea fácil.

Andrés llamó por teléfono a Gissela para posponer la cita que tenían para comer y la cambió para cenar, Andrés no quizo dar más detalles e igual quedaron de verse en su restaurante favorito, había estado ahorrando por meses a costa de pasar hambre y otros aprietos económicos, para esta ocasión y por fortuna, el dinero lo tenía en una tarjeta adicional que nunca sale de su casa, gracias a eso y a un retiro sin tarjeta, sus ahorros quedaron a salvo de su terrible experiencia con aquel mal policía.

Tras recorrer todas las tiendas y en especial las joyerías en la plaza, por fin dio con un pequeño puesto en donde una señora muy amable se tomó todo el tiempo necesario para atenderlo y encontrar el anillo perfecto, a Andrés se le notaba a kilómetros lo enamorado según el criterio de la vendedora.

Andrés salió nuevamente a su cita con el destino, por la hora, el metro estaba abarrotado por lo que el trayecto fue particularmente incómodo, pero por Gissela, soportaría lo que fuera. Al llegar al lugar acordado, ella estaba algo retrasada, ninguno de los dos contaban con que su jefe le pediría laborar algo de tiempo extra.

Cuando por fin llegó Gissela al lugar de la cita, se armó esa clásica conversación entre ellos en donde platicaban de todo y de nada, desde lo ridículo que sonaba el chiste que contó el jefe de Gissela durante la junta de los jueves, hasta lo trascendental de la obra de H.R. Giger o de Goya, ambos perdiéndose en la mirada del otro, como siempre que se encontraban.

Después de cenar y hacer sobremesa por lago rato, finalmente Andrés se armó de valor y encontró el momento preciso para declarar sus sentimientos por Gissela, Andrés comenzó a hablar con la voz temblorosa por la emoción

-“Gissela, necesito platicarte algo, algo tan importante que no puedo vivir un día más sin contártelo”, ella con cariño les respondió

-“Adelante corazón, tu sabes que siempre me puedes contar lo que sea”,

-“Lo se, pero es que es tan delicado que no sabría cómo expresarlo de la mejor manera y si te ríes de mi por lo que te voy a decir, moriré en la más profunda soledad”,

-“Me asustas, habla de una vez”,

-“Bueno, aquí voy, estoy enamorado de la persona más maravillosa que jamas conocí, es inteligente, divertida, con unos dulces ojos color miel que con su mirada simplemente me derrite, pero me asusta un poco el decirle mis sentimientos por lo que pueda responder”,

-“Eres un bobo, claro que ella te dirá que si, eres el chico mas maravilloso que jamas, conocí, inteligente, empático como pocos, gracioso y sobre todo muy guapo, no tienes nada que perder, dile lo que sientes”,

-“Entonces debo decir que acabo de hacerlo, tu eres ella, ¿serias mi novia?”

Andrés pregunto mientras le ponía el anillo en el dedo, ella se quedó petrificada logrando sólo un balbuceo “es hermoso, perfecto”, luego Gissela rompió en llanto para luego decir las palabras que resonarían en la mente de Andrés durante años, “pero no, no puedo, sabes que aun siento algo por Daniel, a pesar de que lo encontré en la cama con mi prima, él simplemente marca un antes y un después en mi vida, tú simplemente, te mereces a alguien mejor que yo, cualquier mujer de todas las que conoces, cualquiera de ellas, sería una mejor novia que la patética de mí, “Por favor Gissela, no hables así de la mujer que amo, de la única mujer que existe en el mundo para mi pues tu eres mi mundo, Daniel será un antes y un después, pero entiende que antes de ti no hay nada pues no recuerdo mi vida antes de conocerte y después de ti, ya no habrá vida pues sin ti simplemente estaré muerto por dentro”, “No me digas eso, no puedo corresponderte, no soy digna de tu amor, por favor, te lo ruego, entiéndelo”

Gissela salió corriendo dejando a Andrés con el corazón totalmente destrozado, con un dolor tan grande que aun cuando deseaba llorar simplemente no pudo derramar una sola lágrima, se levantó de la mesa, pagó la cuenta y salió sin volver a mediar palabra alguna con otro ser humano, una sombra de soledad cubrió su rostro al regresar a casa.

Una pareja sospechosa que viajaba al otro extremo del transporte, se cuchicheaban algo mientras mantenían vigilado a Andrés, se levantaron de su lugar y caminaron hacia Andrés, pensó que le iban a asaltar pero simplemente ya no le importó nada, en un instante lo había perdido todo, Gissela, el amor de su vida, lo rechazó, tomó su corazón y lo pisó sin piedad, ahora era un muerto viviente y no le importó lo que le hicieran en ese momento. El muchacho se quedo unos pasos atrás mientras la chica se colocaba a la derecha de Andrés para decirle algo al oído mientras le daba una paleta de dulce que traía en el bolsillo, “No se que tan malo fue el día de hoy para que te veas como te ves, pero, te prometo que mañana, será un día feliz”

1 de noviembre de 2023

Los mundos del águila, el coyote y el conejo

    Salió de casa  de camino a su trabajo muy temprano al despuntar el nuevo dia, Alejandra recorría todos los días 70 km para ir a su trabajo,  era una larga distancia de viaje que implicaba más de una hora y media de trayecto, distancia que recorría de ida y vuelta,  pero lo consideraba un bajo costo por vivir en una zona campestre tranquila.

    Era un día ligeramente nublado por lo que permanecía oculto el sol que salía por el horizonte; puso su música favorita y emprendió su viaje; era un horario en que aún se requería el uso de las luces en el vehículo.  

    En su trayecto diario, debía recorrer 5 kilómetros por un sendero de terracería a través del campo, en donde seguido podía observarse algo de fauna silvestre de la zona, como ardillas, liebres, conejos, tlacuaches entre otros, un sendero por demás interesante para cualquiera que aprecie la naturaleza.

    Conforme hacía su recorrido se notaba el amanecer a través de las nubes y a la mitad de su trayecto de terracería, Alejandra vio pasar una hermosa águila que por unos instantes sobrevoló a la altura del cofre de su vehículo, apenas adelantada, como si fuera abriendo paso, guiandola en su trayecto cotidiano.

    Al ver al águila volando de esa manera, solo podía pensar en que sería un día sumamente afortunado, por lo que sonrió alegremente mientras disfrutaba del peculiar momento y aceleró solo lo suficiente para mantener el paso con el águila. 

    Un par de kilómetros después se incorporó a la carretera para continuar con su camino al trabajo, como profesora investigadora en una buena universidad.

    Conforme fué avanzando las nubes hicieron lo mismo y comenzaron a apartarse, sin duda otro signo de su buena fortuna, pues tenía especial predilección por los días soleados.

    Jonathan, un joven trailero con poca experiencia y en su primer día de trabajo, se encontraba de trayecto en sentido contrario al que circulaba Alejandra, unos instantes antes de llegar al mismo punto en que circulaba ella, se despejo el cielo dejando visible el sol de manera sorpresiva justo de frente al rostro de Jonathan, quedando deslumbrado e imposibilitando que viera una piedra de considerable tamaño mal orillada en la carretera.

    Su llanta golpeo con la piedra haciéndole perder el control, lo que derivo en una volcadura del trailer cargado con materias primas, cruzo al otro lado de la carretera, en el momento exacto en que Alejandra circulaba por ahí, dio un movimiento brusco al volante como maniobra evasiva y todo se volvio negro en la mente de Alejandra, era la mañana del día 1° de noviembre.

    Un despertador sonó con su estridente alarma, Alejandra se despertó, eran las 4:30 de la madrugada, y sentía un dolor molesto en la espalda, sin duda por haber pasado buena parte de la noche descobijada; solía tener el sueño demasiado inquieto por lo que no era extraño que terminara destapada.

    Un mal sueño con un tráiler en la carretera y el dolor de espalda, no serían suficiente para arruinar el día que antecede a su día favorito del año, el día de muertos, pues aunque agnóstica, el día de muertos le parecía el motivo perfecto para rendir un homenaje a su seres queridos que ya habían fallecido.

    Se alistó lo más rápido que pudo para llegar a su trabajo, pues si lograba estar en la caseta antes de las 6 de la mañana, podría tener tiempo suficiente, para desayunar antes de iniciar con sus labores.

    Logró salir con tiempo suficiente para llegar temprano a su trabajo, salió de casa y llegó al tramo de terracería que atravesaba por una zona de terrenos de siembra, el sol comenzaba a despuntar y cuando menos se lo esperaba, se atravesó de la nada un coyote, a Alejandra no le quedó otra alternativa que frenar de golpe y por el susto se tomó un par de minutos en remontar el paso, suerte que se había despertado con tiempo, pero su desayuno seguramente tendría que esperar un poco.

    Se incorporó a la carretera y a lo lejos vio unas luces que resultaron ser de la policía de caminos, el paso estaba obstruido y los vehículos comenzaban a acumularse, había un tráiler volcado, al quedar atrapada entre los otros automóviles y ver que después de 10 minutos de espera, no se moverían, decidió apagar su vehículo y llamar para avisar que no llegaría ese día al trabajo.

    Alejandra no lograba recordar su sueño, más allá de una vaga idea relativa a un trailer, pero sin ningún detalle; en ese momento una terrible sensación de Déjà vu atravesó por su mente, una sensación tan intensa, que logró desatar un ataque de ansiedad tan intenso, que se sintió mareada en ese instante.  

    Abrió los ojos de improviso justo un minuto antes de que sonara la alarma del despertador, con la respiración agitada y con un ligero dolor de cabeza, no pensaba con total claridad, siguió con su rutina de cada mañana lo mejor que pudo y salió con el tiempo justo para llegar a su trabajo, por lo que decidió que al llegar a la carretera, tendría que ir más rápido de lo usual y quizás romper el límite de velocidad, se tomó un analgesico y pensó que si lograba ganar unos minutos, podría comer algo antes de llegar al trabajo.

    Conforme circulaba por el camino de terracería que comunica con la carretera, logró ver por el espejo retrovisor  a un conejo que atravesaba, no le dio mayor importancia, se incorporó a la carretera, el analgesico hacia su trabajo y se le pasó el dolor de cabeza, sintió confianza en sí misma y decidió acelerar.

    No vio que había una patrulla de caminos estacionada detrás de la columna de un puente vehicular, pero el policía sí la vio pasar delante de él a 120 km/h, por lo que inmediatamente arrancó para darle alcance, algo que logró después de algunos kilómetros.

    El sol comenzaba a brillar en el amanecer de un nuevo día, justo en el momento en que la patrulla le marcaba el alto; se orillaron y el oficial Ricarte descendió de la patrulla, se le veía molesto; el dolor de cabeza le comenzó de nuevo a Alejandra.

    En el instante en que le estaba solicitando sus papeles, recibió una transmisión de radio de emergencia, por lo que Ricarte dijo algo entre dientes y luego le dijo a Alejandra, en un momento continuo con usted, fué a la patrulla, atendió la llamada de radio y regreso con Alejandra con el semblante de una persona aún más enojada y le dijo: “puede irse, pero maneje con precaución y no vuelva a exceder el límite de velocidad”.

    Alejandra pensó que debía ser su día de suerte, después de todo, era su día favorito del año, encendió la radio para escuchar las noticias, ya era tarde así que dejó de importarle su hora de llegada, el grupo al que debería dar clase tenía su horario cercano al medio día.

    “Muy buenos días, esperemos que se encuentren bien abrigados en esta fría mañana de primero de noviembre”, Alejandra palideció al escuchar la fecha que el locutor había dicho, no podía ser posible, el primero de noviembre había sido el día anterior, pero no lograba recordar absolutamente nada después del embotellamiento del día anterior, el dolor de cabeza se incrementó al máximo y perdió la conciencia.

    Una voz decía “espero que te encuentres bien abrigada, está fría la mañana…” Un estruendo se escuchó del otro lado de la línea telefónica.

    Un grupo de arqueólogos, exploraron un antiguo edificio, solía ser una biblioteca comunitaria; según dijeron, entre los objetos encontrados, había un antiguo periódico, con la fecha del 2 de noviembre, del año anterior al inicio de la gran guerra nuclear.

    En él se podía leer: “Accidente fatal en San José. Don Jacinto, único testigo, afirma que la joven profesora Alejandra intentó esquivar a un coyote y un águila que competían por una presa, quizás una ardilla o tal vez un conejo, cuando perdió el control de su vehículo, en el camino de terracería. Los peritajes señalaron que el accidente se produjo por imprudencia pues  fué hallada aún con vida sosteniendo el teléfono en la mano. Los servicios de emergencia no llegaron a tiempo y la infortunada víctima no soportó sus lesiones que según señalaron los paramédicos incluían múltiples fracturas de cráneo y los pulmones colapsados”.


1 de diciembre de 2022

La historia de los hermanos Hundo

    La historia que voy a narrar, podría ocurrir fuera de tu casa. Todos los días a medianoche, cuando por fin es hora de descansar, se escuchan, primero a lo lejos y cada vez  más cerca, los gritos de dolor  y terror. Las víctimas son los 5 hermanos Hundo,  son unos “pequeños niños”, de origen y familia muy humilde, atormentados por seres ominosos, terribles monstruos con sombra amorfa que se acercan, algunas veces en completo sigilo, en otras de forma tan ostentosa y avasalladora que no hay manera de escapar, son seres demoníacos incapaces de sentir compasión alguna por sus presas. 

   En ocasiones, cuando la mamá de los hermanos por fin llega de haber ido a conseguir un mendrugo de comida se vuelve un momento en el que podrían ser temporalmente felices, pero son interrumpidos por estos malignos que buscan despojar a los inocentes del poco gozo que tienen en la vida, la madre sólo puede mirar impávida como sus hijos son tratados.


    En la noche, cuando por fin pueden dormir las almas puras, acurrucadas una junto a otra para soportar el frío, son interrumpidos en su sueño por uno de estos entes despiadados, con el único propósito de torturarlos.


   Así pues pasan los días y uno de los hermanos simplemente cuestiona si acaso sería mejor simplemente morir, es entonces cuando decide quizás confundido por el hambre o la falta de sueño, que su vida carece de valor o sentido y se planta delante de  uno de esos terribles monstruos; lo recibe de frente, esperando a que se cumpla su destino, de repente, silencio, un silencio sepulcral, que únicamente es roto por los gritos de terror proferidos al haber recibido el ataque directo y salir por los aires gracias a la fuerza del impacto, sus hermanos solo pueden observar e irse a ocultar, no sea que el monstruo regrese y los ataque a ellos también.


    Esta noche, mamá no regresó a casa, todos tienen la inquietud de que haya sido víctima de uno de esos seres, que ya en las últimas fechas no se limitan a atacar solo de noche, una tía hermana de su madre, será la responsable de cuidarlos en esta ocasión.


    Ya han pasado cuatro días, parece que mamá no regresará, la tristeza y la desesperación embarga a los hermanos Hundo, no saben si comerán, no saben cómo se cubrirán del frío, no saben si su madre aún está con vida, de momento, algo acecha en las sombras, solo se escucha su respiración, jadeante, acelerada, se mueve poco a poco, los hermanos, se encuentran a la expectativa, ¿acaso será su final?, ¿será hoy cuando por fin uno de esos seres ponga fin a su tortura?; ¡MUÉSTRATE Y LIBÉRANOS DE UNA VEZ!, clamó uno de los hermanos cuando ya no soporto más la angustia. Fue mamá que regresó agotada, tan amorosa como siempre pero avergonzada al regresar con las manos vacías, la poca carne de un animal atropellado que había podido encontrar, fue consumida por ella al no soportar el hambre, no quedó nada para sus hijos. 


    Hoy uno de los hermanos Hundo ha muerto, flaco, con la piel pegada a las costillas, fue uno de esos seres ominosos pudo ser el hambre, todos especulan al respecto pero con el dolor de cabeza constante por la falta de alimento no es posible pensar con claridad.   


    En este momento la realidad solo es una y el destino está escrito, morir a manos de uno de esos monstruos o morir por el hambre y el frío.


    Lo más aterrador es que esta historia no es ficción y hay fotos que lo prueban ¿quieres verlas o serás indiferente a su miseria?.


2 de julio de 2021

La Pesadilla de Rebeca

Ella iba de camino al trabajo como todos los días, un viaje de rutina casi mecánica de 30 minutos por las calles de una de las ciudades más grandes del mundo, esperaba en el semáforo, vio el verde y avanzó, nunca lo vio venir, un camión materialista manejado por Ricardo, un muchacho de solo 21 años sin mayor experiencia en el volante, pensó que acelerando podría pasar antes del cambio de señal. Un estruendo y el no tan nuevo pero confiable auto azul de Rebeca quedo reducido a chatarra, las sirenas tardaron algunos minutos en escucharse pero llegaron al rescate, lograron sacarla aún con vida gracias a las bolsas de aire y el cinturón de seguridad. No era un día afortunado para Ricardo, el camión quedo de costado y su cabeza golpeo con el poste de la cabina fracturándose el cráneo, falleció mientras intentaban rescatarlo.


Quince días más tarde.


Rebeca despertó a mitad de la noche, aterrada, era una pesadilla que no podía recordar, algo raro ya que ella siempre recordó todos sus sueños con lujo de detalles, tal vez un mal sueño del choque pensó ella, se quedó sin ganas de regresar a dormir por el momento; decidió entrar en la computadora y buscar en internet a alguien con quien platicar en alguna sala de chat, de esas que ya nadie recuerda gracias a las mensajerías instantáneas. 


Como fruto de esa incursión nocturna al internet, Rebeca conoció a Omar, de 27 años, un par de años menos que Rebeca que tiene 29, sin embargo surgió esa chispa, esa química que muchos describen como amor a primera vista, de la misma manera en que un gatito bebé, abandonado a la mitad de la calle hace “miau” y lo adoptas porque no tienes corazón para dejarlo ahí.


Después de aceptarse en sus respectivas redes sociales y estar platicando por bastante tiempo, vía telefónica, Rebeca y Omar decidieron que sería bueno conocerse en persona, así que se quedaron de ver en la taquería favorita de Omar. Ninguno de los dos era asiduo a la vida nocturna, y sin automóvil, Rebeca considero que salir a trasnochar sería mala idea, igual que depender de alguien que solo conoces en línea para que te lleve de regreso, pues Rebeca sabía de los riesgos del internet.


Tres meses después del choque.


Rebeca se encuentra trabajando de manera pacifica en su nuevo empleo, habla con su amiga y compañera de trabajo Enriqueta sobre los problemas con los equipos de computo del área de recursos humanos, parece que todas las maquinas están infectadas con un nuevo virus y las vacunas no están siendo eficaces, en el mejor de los casos realizar una reinstalación del sistema operativo parece la única opción, sin embargo en algunas maquinas el virus es tan agresivo que produce daño por sobrecalentamiento, dejando la maquina inservible. 


Con el tiempo Rebeca y Enriqueta aprenden a controlar los brotes de este nuevo virus pero los equipos del trabajo de Rebeca permanece en peligro constante, esta amenaza se extendió por internet en muy poco tiempo y por su capacidad adaptativa aun no pueden hacer nada las compañías de seguridad informática. 


Conforme avanza el tiempo Rebeca y Enriqueta se vuelven las mejores amigas, suelen ir a tomar un café los viernes al salir del trabajo.


Seis meses después del accidente Rebeca y Omar decidieron que era bueno para ambos ser algo mas que solo amigos y comenzaron una relación seria, por lo que se frecuentaban con cierta regularidad y aun que hacían diversas cosas juntos, por una u otra causa siempre terminaban en los tacos que ya se habían hecho también los favoritos de Rebeca.


En una tarde de salida al cine, decidieron ver una película que tenia muy buena critica y a ambos les dio curiosidad el tema, acudieron al cine como lo habían hecho en otras ocasiones, solo para terminar decepcionados por la calidad de la película y habría sido un total desperdicio de dinero de no ser un par de escenas subidas de tono que dejaron a Rebeca y a Omar bastante entusiasmados en replicar lo visto. Ninguno de los dos se atrevió a decírselo al otro pero se notaba en los besos el ansia por romance físico, una vez más terminaron cenando tacos.  


Siete meses después es el cumpleaños de Omar, después de festejarlo con su familia fue tiempo para que Rebeca le diera su obsequio de cumpleaños, programaron la sesión romántica para esa tarde, ambos tenían mucho tiempo sin haber estado con alguien mas en la cama, así que el amor de Omar resulto un algo brusco para la delicada Rebeca, llegando a dejarle una marca en el brazo, cosa que ambos pasaron totalmente por alto atendiendo al gozo de la ocasión, para cuando terminaron  ambos estaban totalmente sudados y exhaustos, por primera pasaron juntos la noche, sábado para amanecer domingo.


A la mañana siguiente había mucha luz en la habitación, Rebeca escuchó que le decían “despierta”, por un instante dudo de la situación para luego de recapacitar en que Omar estaba ahí, terminó solo por balbucear un “déjame dormir” dando un manotazo al aire.


Ellos continuaron su relación y de manera rutinaria tenían escapadas para satisfacer sus deseos,  llegando a faltar un par de veces al trabajo.


Un año y medio después del choque.


Omar le dijo a Rebeca que no se encontraba de humor para tacos, tenia antojo de otra cosa, una pasta le parecía mejor idea y ya había hecho reservaciones para un lugar, ella dijo “ya sabes que a mí me gusta comer bien y sabroso, en donde me quede con hambre me voy a enojar” , el respondió “confía en mí, te va a gustar”; Rebeca pidió un espagueti, era su favorito, Omar pidió unos ravioles, luego como ella había vaticinado siguió con hambre, al momento de pedir un segundo plato, él le dijo, “espera, no pidas eso, pide de estos ravioles”, “pero ¿y si no me los termino?”, “yo te ayudo, pídelos”.


Llego el plato a la mesa y tenia un adorno muy peculiar, Rebeca lo vio y preguntó en un grito“¡OMAR, ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!”, “Que te estoy preguntando ¿te casas conmigo?”, ella rompió en llanto y respondió de manera afirmativa.


Pasó medio año y la feliz pareja contrajo matrimonio; parecían conocerse de toda la vida, se completaban las frases el uno al otro, dado que no eran millonarios, sus citas básicamente eran en la azotea del edificio escuchar música clásica y balancearse lentamente, a la luz de la luna; la mayoría de sus salidas eran para hacer la despensa; en una ocasión de regreso de hacer las compras, estaba lloviendo y vieron a un cachorro al lado de una perrita atropellada, a Rebeca se le partió el corazón y no pudo dejar al indefenso cachorro a media calle, ella dijo que se parecía a Mapi un perrito con antifaz tipo mapache que había tenido y que falleció en la semana en que estuvo hospitalizada por el choque.  


A Omar le pareció entonces buena idea nombrarlo Mapi II en honor al anterior perro de Rebeca y así Mapi II llego a la vida de Rebeca y Omar.


Cinco años después del choque 

   

 Al estar platicando mientras veían una serie en la pantalla de la sala, Rebeca le dijo a Omar, “Sabes, que no recuerdo si me tomé la píldora y ya me retrasé una semana”, a lo que Omar respondió “Estas bajo mucha presión en el trabajo, seguro que sí te la tomaste y lo único que tienes es que estas estresada, verás que en estos días te baja y si no, Mapi tendrá un hermanito, ya va siendo tiempo”, ambos pensaban que en realidad ella estaba embarazada pero prefirieron esperar, con un mes de retraso después y algunas nauseas matutinas, decidieron acudir al medico para confirmar sospechas.


El medico les dijo “felicidades, están embarazados, el ultra sonido lo confirma”, comenzaron a hacer los preparativos para la llegada del nuevo bebé, ambos estaban muy felices, en especial Rebeca, que siempre quizo tener un hijo.


Rebeca y Omar van a la tienda y luego de hacer la despensa habitual, comienzan a comprar algunas cosas, un poco de ropa, aún no saben si será niño o niña, pero poco les importa, mientras sea un bebé saludable será mas que suficiente.

La amiga de Rebeca, Enriqueta les regala un osito de peluche color negro para el nuevo bebé y deciden que el cuarto de videojuegos será ahora el cuarto del pequeño, total, siempre se puede poner la consola en la sala.


Omar habla con su amigo Federico y le pide ayuda para empezar a hacer algunas remodelaciones, algo de pintura en un fin de semana para el cuarto del bebé, unos ositos en las paredes, una pequeña cámara de seguridad con micrófono para que actué como monitor de bebé. Mientras Rebeca va con Enriqueta a buscar algunos juguetes apropiados y otros que le servirán mas adelante “Rebeca, como se te ocurre, un juguete de alfabeto con forma de computadora a estas alturas, tú estas loca, es un recién nacido, ni siquiera va a tener idea de dónde pasa la noche”


La pareja estaba sumamente ilusionada con su primer hijo, “Si nace varón le pondremos Carlos Andres, como mi abuelo, si es mujer Andrea, siempre me gusto ese nombre”, dijo Rebeca, “Yo quiero que si es mujer se llame igual que tú” respondió Omar, así continuaron por un rato antes de ir cada quien a su trabajo.


Décima segunda semana de embarazo, Rebeca escucha la voz de su difunta madre que le grita “¡DESPIERTA!”, abre los ojos sobresaltada, eran las 2 de la mañana, un dolor agudo en su vientre, como un cuchillo que le rasga las entrañas le hace pegar un grito, Omar se despierta, hay una mancha de sangre en la cama que viene de la entrepierna de Rebeca, asustado, Omar quiere solicitar un carro por aplicación, pero Rebeca no puede incorporarse ni caminar por el dolor tan intenso, es mejor llamar a una ambulancia, se demora media hora en llegar, media hora de agonía y sufrimiento.

  

En urgencias obstétricas, detienen a Rebeca, le dicen que se tranquilice, que todo va a estar bien, a su alrededor corren las enfermeras, un medico le dice algo que ella no entiende, esta aturdida por la situación, a la mañana siguiente le dicen “lo siento, tenemos que practicarle un legrado, perdió al bebe” a parir de ahí Rebeca queda en shock y solo puede escuchar un silbido en sus oídos, simplemente ya no entiende nada de lo que le dicen, su mente esta en blanco. 


A la mañana siguiente.


Rebeca escucha una voz, nuevamente es la voz de su difunta madre que mientras llora le dice “Por el amor de dios, te lo imploro abre los ojos, abre los ojos ¡DESPIERTA!, ¡DESPIERTA!”.


Rebeca se despierta, esta en el hospital, hay dos personas junto a la cama pero no las puede ver bien, las luces la deslumbran, esta confundida y se siente muy débil para moverse, poco a poco comienza a despabilarse, una persona, un hombre está a su lado, porta un objeto extraño en el rostro, un cubre bocas, él le dice mientras derrama una lagrima “Hija por fin despertaste” a lo que ella responde de forma clara aun que con algo de esfuerzo “¿Que sucedió? ¿Dónde esta Omar?”, “¿Quién?” le preguntan extrañados a modo de respuesta, las personas al lado de la cama de Rebeca no conocen a ningún Omar.


La otra persona al lado de la cama es una mujer, también usa un cubrebocas, se lo quita para abrazarla y darle un beso pero Rebeca retrocede un poco y pregunta asustada“¿Quiénes son ustedes?, ¿Dónde esta mi marido?, ¿Dónde esta Omar?”, inmediatamente comienza a recordar y pregunta ahora en un llanto inconsolable “¿Qué le paso a mi bebé?, mi hijo, ¿que le paso a mi bebé?”.


La pareja sumamente desconcertada intenta calmarla con un abrazo pero ella los repele, sigue sin saber quiénes son ellos, mientras le dicen “Hija, te lo juro, era la única opción, tuvimos que dar el consentimiento, no había alternativa, fuiste violada”, Rebeca sigue llorando “Yo no fui violada, de que hablan ¿Omar dónde estas?, ¿Dónde esta mi marido? ¿qué esta pasando? ¿quiénes son ustedes?, Yo no los conozco”, termina vomitando por la tremenda confusión, una enfermera entra y le administra algo por medio del suero que tiene conectado, le pide a la pareja que salgan un momento del cuarto, Rebeca poco a poco comienza a calmarse, pero aun sigue asustada y confundida.


La pareja esta en la entrada del cuarto esperando, la señora llora mientras le dice a su acompañante, “Ya no nos reconoce, nos ha olvidado ”, le responden “Dale tiempo, estuvo así por mucho tiempo, espera a que los medicamentos hagan su trabajo”, detrás de ellos aparece un medico que les dice: “Vamos a entrar ahora que esta más calmada, por el momento les pido que me permitan hablar a mí y por favor guarden silencio o deberé pedirles que salgan ¿alguna duda?, ambos responden “Ninguna doctor, lo que Usted considere mejor para ella”.


El medico alto de tes clara le saluda “Buenas tardes, mi nombre es Alejandro Alatorre y soy su medico, como se siente señorita ¿Rebeca?”, ella contesta “Si, Rebeca Dorantes”, “Dorantes dijo, ¿no Alfeirán?”, “Bueno hace unos años que comencé a usar el Dorantes, desde que me casé, es el apellido de mi marido”, “Entiendo, ¿me podría decir su edad?”, “sí, tengo 34 años”, El Dr. Alatorre comenzó a hacer anotaciones en una hoja , dice: “Ajá, 34 años” y siguió con su cuestionario: “Señorita, recuerda ¿por qué esta aquí?”, Rebeca responde: “Lo último que recuerdo con claridad es que nos despertamos a mitad de la noche y me trajeron en una ambulancia, estaba sangrando como cuando me viene el periodo y por el dolor no podía moverme” apunto de romper en llanto nuevamente, el Dr. Alatorre la atajó con otra pregunta “¿Qué me puede decir sobre su choque?”, “Realmente poco ya tiene varios años de eso, estuve unos días en el hospital, una semana según creo, mi perro murió en esa semana aun que no recuerdo el motivo, aveces extraño a Mapi”, nuevamente hizo algunas anotaciones, “Mapi, M-A-P-I, es el nombre de su perro, ¿entendí bien?”, “Si, incluso mi marido y yo adoptamos a uno que es idéntico, hasta en lo desastroso, ya me rompió un sillón, se llama Mapi II”, “Bien, hábleme un poco de su familia, ¿cómo dijo que se llamaba su marido?”, “Omar, Omar Dorantes”, “¿como lo conoció?”, “por internet, me desperté por algo y no pude conciliar el sueño, así que me metí a una sala de chat en línea”, “ya veo, yo conocí a mi esposa por internet, éramos usuarios de AOL en aquella época, pero continuemos”, anoto algo nuevamente y prosiguió, “Ahora hábleme de sus padres”,  “bueno mi madre falleció hace ya varios años, mas o menos en la fecha de mi accidente”, “¿y su padre?” preguntó el Dr. Alatorre, “pues a la muerte de mi madre el decidió viaja a Francia en donde radica una de mis tías, hermana de mi papá y no volví a saber nada de él, cortó todo contacto, se olvidó de mí supongo; en ocasiones me parece escuchar la voz de mi mamá, desearía tenerla ahora a mi lado, ¿cuándo podré ver a mi esposo?”, “Vamos por partes señorita, ya casi terminamos, ¿recuerda claramente los rostros de sus padres, su fisonomía, cómo eran?”, “Claro, son mis padres, ¿cómo podría olvidarme de ellos?”, “¿Podría describírmelos?”, “Por supuesto, ellos eran… mi mamá tenia... el cabello… bueno mi papá era de complexión… ¿qué hay de malo en mí?, ¿porqué no puedo recordarlos?”, “¿reconoce a las personas que están detrás mío?, ¿sabe quiénes son?”, “No, jamás los había visto” mientras miraba al doctor a los ojos y movía la cabeza en sentido negativo, “Doctor, podría decirme ahora ¿qué sucedió con mi bebé?, ¿cuándo podré ver a mi marido?”, “Sí, pero antes le ruego que mantenga la calma mientras le explico ya que es una situación muy complicada”


Rebeca escuchaba estupefacta la explicación del galeno “Señorita, usted estuvo en coma por los últimos 13 meses debido a un accidente de tránsito en el que casi pierde la vida, de alguna manera su mente creó recuerdos basados en las circunstancias que la rodeaban, el Sr. Omar, no la visitará, ya que se encuentra detenido por el delito de violación, usted señorita fue violada en repetidas ocasiones por el Sr. Omar Martínez que fue su enfermero por al menos 9 meses, mientras estuvo en coma, su agresión fue descubierta debido a que cuando ingresó en el hospital, no había tenido ningún contacto sexual, sin embargo, cuando su periodo menstrual se detuvo, tuvimos que hacerle un chequeo, desgraciadamente el ultrasonido reveló que tenía 2 meses de embarazo, sus padres solicitaron que se hiciera una búsqueda y resultó que el padre era el enfermero que la había estado cuidando; la enfermera Enriqueta Peralta fue la que descubrió su estado cuando su periodo se ausento, el embarazo le ocasionó trastornos severos a su salud y que ponían en riesgo su vida, debido a esto se recomendó un aborto, sus padres aquí presentes firmaron el consentimiento habiendo ocurrido esto hace casi una semana, con lo que después de haberle dado tan terribles noticias, me permito comentarle que sus padres se encuentran vivos, la aman y su perrito Mapi la ha visitado en varias ocasiones con la esperanza de que su presencia ayudara a despertarla del coma”.


Rebeca solo pudo decir, “De un dulce sueño, ahora despierto a la pesadilla de mi realidad”

14 de marzo de 2018

Stephen Hawking

Hablar de física es motivo suficiente para que te vean con cara de bicho raro, ahora tocar temas de la física teórica o bien luces como un verdadero genio o terminas viéndote como profesor Barney (Barney Gómez), así pues pocos se aventuran a explicarnos con bolitas y palitos los grandes temas que dan sentido al comportamiento del cosmos.

Uno de ellos, famoso por sus libros sobre física así como por sus apariciones en la serie “Los simpsons” el Dr. Stephen William Hawking, nació el 8 de enero de 1942 y falleció hace apenas unas horas, el 14 de marzo de 2018.

El deceso del profesor Hawking nos deja un gran sentido de vacío no solo por la pérdida de un maravilloso intelecto sino que también nos recuerda lo frágiles que somos y a aquellos que solo saben renegar de su condición los deja sin palabras sobre cómo una persona con un cuerpo atrofiado pudo sobresalir, hecho que nos revela o demuestra que una persona no es su físico sino su espíritu, su mente.

Gracias y hasta pronto Stephen Hawking, mentor de millones, tus padecimientos físicos no fueron impedimento para que nos enseñaras el camino.