Hace
poco más de 200 años el pueblo de México luchó por su libertad y por el
derecho de llamarse nación, un siglo atrás en 1910, la lucha por las
malas condiciones sociales que no es lo mismo que las condiciones
macroeconómicas, llevó a una revolución cuyos ideales aún están vivos,
a principios del siglo pasado casi al término de la revolución, un
nuevo conflicto mancho de sangre nuestro suelo siendo la guerra cristera
la causa.
Hoy
en un nuevo siglo el pueblo mexicano nuevamente tiene que luchar por su
libertad, de la plaga en que se convirtió el narcotráfico, primero como
simple camino en su tránsito a Estados Unidos, luego con consumidores
locales cada vez más jóvenes.
Con
un presidente evidenciado como dipsómano por más de uno y el cual nunca
entendió cuáles serían las consecuencias de sus actos al declarar la
guerra contra estos delincuentes que ya tenían comprados desde hace
mucho a los que podrían haber puesto un alto.
Mañana
el nuevo presidente Enrique Peña Nieto, no solo tiene que enfrentarse a
lo que sus antecesores priistas y panistas en conjunto con los
gobiernos locales perredistas dejaron atrás como estela de corrupción
sino también veremos cómo se comporta su equipo de trabajo, quizás
comportándose en la misma línea, protegiendo y ayudando a sus más
cercanos o bien con una línea mixta, que significa atacar al pueblo de
la misma forma en que Felipe Calderón lo hizo eliminando a LyF con miles
de familias en la calle, más el apoyo únicamente a su círculo de
“amigos”.
Y
no solo es línea de panistas y priistas lo antes descrito, también los
gobiernos de supuesta izquierda como son el PRD y sus filiales, que
promueven iniciativas supuestamente amigables con el ambiente pero solo
son seguidas en un par de delegaciones o bien, el metrobus de la linea 3
que unicamente beneficio al dueño de ADO, evidencia de esto puede ser
observada al hacer un recorrido completo en esta obra y tambien mensionar que la
línea 12 del metro tiene hecho un caos la avenida Tláhuac.
A
toda la problemática anterior, existe una sola solución, una nueva
revolución, pero no una revolución armada pues la sangre mexicana es
valiosa como para hacerla brotar entre nosotros. Una revolución en
nuestra forma de actuar ante el prójimo, ante cualquier otro ser
sintiente como puede ser un perro de la calle.
Revolucionemos
nuestro pensar y actuar entendiendo que un político que gana es un
empleado nuestro, esta a nuestro servicio, por eso es un servidor
público, por lo que siempre se les puede aplicar la frase “el que paga
manda” recordando que cuando pagamos lo que sea, nos cobran algo llamado
IVA, que en nuestras cuentas bancarias nos cobran algo llamado ISR e
IDE cuando depositamos ciertas cantidades en efectivo, esto junto con
tenencia y predial. nos permiten exigirles resultados en sus puestos de
trabajo, el informe presidencial debiera ser mensual no anual, los spots
en TV no deberían mostrar obras que consiguen votos si no lo pendiente
en la agenda, las estadísticas de personas desempleadas y/o sin
atención médica o seguridad social.
El
1 de septiembre entra en funciones la LXII legislatura, todos tenemos
representatividad en esa legislatura y parece nadie nos escucha cuando
clamamos por justicia, es tiempo de que borremos esa separación entre
representante y representado, entre gobernante y servidor, veamos los
artículos 39 y 40 de la constitución.
¿Estas dispuesto a ser un revolucionario?