30 de agosto de 2012

El cambio del tercer milenio

Hace poco más de 200 años el pueblo de México luchó por su libertad y por el derecho de llamarse nación, un siglo atrás en 1910, la lucha por las malas condiciones sociales que no es lo mismo que las condiciones macroeconómicas, llevó a una revolución cuyos ideales aún están vivos,  a principios del siglo pasado casi al término de la revolución, un nuevo conflicto mancho de sangre nuestro suelo siendo la guerra cristera la causa.

Hoy en un nuevo siglo el pueblo mexicano nuevamente tiene que luchar por su libertad, de la plaga en que se convirtió el narcotráfico, primero como simple camino en su tránsito a Estados Unidos, luego con consumidores locales cada vez más jóvenes.

Con un presidente evidenciado como dipsómano por más de uno y el cual nunca entendió cuáles serían las consecuencias de sus actos al declarar la guerra contra estos delincuentes que ya tenían comprados desde hace mucho a los que podrían haber puesto un alto.

Mañana el nuevo presidente Enrique Peña Nieto, no solo tiene que enfrentarse a lo que sus antecesores priistas y panistas en conjunto con los gobiernos locales perredistas dejaron atrás como estela de corrupción sino también veremos cómo se comporta su equipo de trabajo, quizás comportándose en la misma línea, protegiendo y ayudando a sus más cercanos o bien con una línea mixta, que significa atacar al pueblo de la misma forma en que Felipe Calderón lo hizo eliminando a LyF con miles de familias en la calle, más el apoyo únicamente a su círculo de “amigos”.

Y no solo es línea de panistas y priistas lo antes descrito, también los gobiernos de supuesta izquierda como son el PRD y sus filiales, que promueven iniciativas supuestamente amigables con el ambiente pero solo son seguidas en un par de delegaciones o bien, el metrobus de  la linea 3 que unicamente beneficio al dueño de ADO, evidencia de esto puede ser observada al hacer un recorrido completo en esta obra y tambien mensionar que la línea 12 del metro tiene hecho un caos la avenida Tláhuac.

A toda la problemática anterior, existe una sola solución, una nueva revolución, pero no una revolución armada  pues la sangre mexicana es valiosa como para hacerla brotar entre nosotros. Una revolución en nuestra forma de actuar ante el prójimo, ante cualquier otro ser sintiente como puede ser un perro de la calle.

Revolucionemos nuestro pensar y actuar entendiendo que un político que gana es un empleado nuestro, esta a nuestro servicio, por eso es un servidor público, por lo que siempre se les puede aplicar la frase “el que paga manda” recordando que cuando pagamos lo que sea, nos cobran algo llamado IVA, que en nuestras cuentas bancarias nos cobran algo llamado ISR e IDE cuando depositamos ciertas cantidades en efectivo, esto junto con tenencia y predial. nos permiten exigirles resultados en sus puestos de trabajo, el informe presidencial debiera ser mensual no anual, los spots en TV no deberían mostrar obras que consiguen votos si no lo pendiente en la agenda, las estadísticas de personas desempleadas y/o  sin atención médica o seguridad social.

El 1 de septiembre entra en funciones la LXII legislatura, todos tenemos representatividad en esa legislatura y parece nadie nos escucha cuando clamamos por justicia, es tiempo de que borremos esa separación entre representante y representado, entre gobernante y servidor, veamos los artículos 39 y 40 de la constitución.

¿Estas dispuesto a ser un revolucionario?