3 de septiembre de 2010

¿La tierra es hoy de quien la trabaja?

En 1910 el pueblo cansado de los abusos de los que en aquel entonces ostentaban el poder se levanto en armas, unido en una única voz que decía “sufragio efectivo no reelección”, pero si bien esta fue la principal consigna, las consecuencias de lo que la origina fue desigualdad social extrema, carencia total de oportunidades para los jóvenes, así como el poco respeto por la dignidad humana por parte de los poderosos.

Francisco I. Madero, gloriosamente inicio con el apoyo del pueblo una Revolución, la cual a ojos de los que pelearon en los campos de batalla traiciono para convertirse en aquello que atacaban.

Con forme paso el tiempo el ambiente político en México fue cambiando y estabilizándose, por lo que en 1917 surge a consecuencia de estas sangrientas batallas la nueva constitución que vela por la igualdad social, el derecho a la seguridad laboral, a la educación, a la libertad de culto y por la democracia.

De forma más específica, el artículo 27 constitucional vela por que la tierra, así como los recursos naturales permanezcan en manos mexicanas y primordialmente en manos del estado pues todos somos parte del estado, garantizando así que cada mexicano posea de alguna manera una porción de tierra, una porción de patria.

Sin embargo al ser la constitución completa fruto de la revolución, uno solo de sus artículos no basta para expresar los nobles ideales de esta causa, ideales que quedan plasmados en el plan de Ayala redactado el 28 de noviembre de 1911, por lo que la sola repartición de tierra no señala el total cumplimiento de los fines revolucionarios.

La distribución equitativa de la tierra no solo es lograr que cada compatriota tenga una porción de suelo, sino que este sea capaz de utilizarlo en beneficio de él, de su familia y de su comunidad para traer prosperidad a todos los que lo rodean, logrando así elevar la calidad de vida y el ambiente de respeto entre Mexicanos, sin embargo al ver hoy en día que nuevamente existe esa falta de oportunidades, esa falta de respeto hacia la dignidad humana, la inestabilidad laboral etc., nos lleva a pensar que los objetivos de la revolución fallaron o bien que estos han sido tocados por la corrupción humana y que los motivos por los cuales nuestros abuelos pelearon se están olvidando.


Visto lo anterior no podemos decir que sea justo quitarle bienes a quienes trabajan para dejárselos a los que no se esfuerzan lo suficiente pues es una de las máximas principales de la revolución “LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA”, hoy en día no solo es la tierra sino también la maquinaria de las fabricas, las herramientas de telecomunicaciones que vemos en las empresas de contacto al cliente, así como los diversos medios de producción no solo de artículos para el consumo sino de producción de información habiendo tomado en cuenta que la información en sí misma es productora de capital. A final de cuentas todo se resume en que toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases, desde los campesinos contra los grandes hacendados hasta las comunidades de programadores independientes contra monopolios de empresas transnacionales.

¿La revolución quedo inconclusa o la historia tiende a repetirse?